Qué uso darle a las TIC en la labor de un trabajador social
El uso de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) en el trabajo del trabajador social implica
incorporar estas herramientas digitales para fortalecer y optimizar su práctica
profesional en diversos ámbitos como la intervención, la investigación, la
gestión y la comunicación. Las TIC permiten que el trabajador social mejore la
eficiencia y calidad de su trabajo, facilitando el acceso, registro, análisis y
difusión de información relevante para atender mejor a las personas, familias y
comunidades.
Conceptualmente, las TIC en trabajo
social se usan como instrumentos metodológicos que potencian la comunicación
horizontal, permitiendo un contacto directo y dinámico con los usuarios,
colegas y redes de apoyo social. Estas tecnologías facilitan desde la gestión
documental, el seguimiento de casos y la elaboración de informes hasta la
promoción de campañas de concientización social y la educación comunitaria a
través de plataformas y redes sociales.
Además, el uso de las TIC permite
superar barreras geográficas y temporales, ofreciendo nuevas formas de
intervención, como la atención virtual o e-social work, que amplían la
participación y acceso de los usuarios a los servicios sociales. Sin embargo, su
empleo debe realizarse con conciencia ética, protegiendo siempre la privacidad
y confidencialidad de la información sensible, especialmente en contextos de
vulnerabilidad.
El trabajador social debe desarrollar
competencias digitales para manejar aplicaciones ofimáticas, bases de datos,
redes sociales, plataformas virtuales y software especializado que permitan una
intervención más precisa, integrada y actualizada, así como una mejor
comunicación y colaboración con otros profesionales. También debe promover la
alfabetización digital entre sus usuarios para combatir la exclusión social
derivada de la brecha digital.
En lo metodológico, las TIC ofrecen
herramientas para la evaluación continua y la adaptación de las intervenciones
a la realidad social, mediante la capacidad de escuchar, dialogar y ajustar
estrategias de manera flexible y participativa.
En resumen, las TIC en el trabajo
social son una oportunidad y un reto: representan un recurso indispensable para
actualizar y mejorar la práctica profesional, ampliar el acceso y la
participación, y fortalecer las redes de apoyo social, siempre bajo un marco
ético riguroso que garantiza la protección de los derechos de los usuarios y la
calidad del trabajo social en la era digita.
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